martes, 8 de abril de 2008

Beijing 2008, una verguenza.

¿Cuántos?, me pregunto, ¿serán los desgraciados que paguen un alto precio por la locura de unos pocos iluminados?.
¿Es que no ven más allá de sus poltronas?, ¿no ven que no les queremos?, ni nosotros ni los otros, los olvidados y esclavizados tripulantes de una nave que está avocada al naufragio. Malgastan recursos de todo tipo que no les pertenecen; jamás han sido suyos sino de los que reciben los palos y lloran en silencio.
Y Occidente mirando con sus ojos económicos, opacos al dolor humano pero traslúcidos a las mentiras mientras sean las que quieren oír. Moralmente no me representan, pero no me engaño, sí lo hacen; lo hacen en mi nombre y con mis silenciosas bendiciones.
Ya que la economía les mueve, pues eso, económicamente voy a luchar; las multinacionales que les amparan no van a recibir de mí más que reproches, euros ni uno, sólo hay que pensar un poco antes de comprar o gastar el dinero en según que cosas.

lunes, 7 de abril de 2008

Dando dónde duele.

Ellos usan la fuerza creyendo que están legitimados, pero no pueden estar más errados: La legitimidad la da el pueblo, y no siempre el tuyo propio; obviamente, no en su caso. A los que sólo nos queda la fuerza moral para la lucha, nos obligan a usar el ingenio; y somos muchos pensando. Yo veo el miedo en su represión inhumana, diabólica, enfermiza... Me comprometo a, entre otras posibilidades, no dar mi apoyo ni explícita ni tácitamente a esos malos bichos. Una manera fácil y barata me parece la de vetar a cualquier marca publicitaria que se anuncie a través de esa farsa inmoral que se va a representar este verano. Y, al ser marcas "baratas", no me va a resultar especialmente duro.
Estoy convencido de que se les puede parar usando la debilidad de sus cimientos en su contra.

"Aquel que gasta mucho en la puerta de su casa seguro que escatima en las paredes".